Todo producto artesanal debe ser una expresión balanceada de función y estética. Función como aquella característica principal que permitirá cubrir una necesidad determinada. Estética como aquel componente visual y artístico que transmite un pensamiento y estilo específico. 

Ambas constituyen el principio y fin de un producto artesanal. Sin embargo, en el camino de su materialización, teniendo en cuenta la sociedad de la información y de la inmediatez, que actualmente vivimos, es necesario replantear la forma del proceso de creación. La idea de lo artesanal como aquello que solo se hace a mano es una idea actual obsoleta. Es fundamental evolucionar con la sociedad sin llegar a los tiempos de la industrialización y su producción en serie. Pues la brecha de los tiempos en los que se solicitaba y como hoy demandan un producto es muy amplia. Es aquí donde se abre la oportunidad de transformar el concepto de artesanía.

Hay que reconocer la importancia de las máquinas herramientas como catalizadores de un proceso, sin que esto implique el arriesgar un oficio generacional y transversal en el tiempo, el cual dentro de sus técnicas se encuentran metodologías que pueden llegar a superar lo industrializado, como son los acabados, por ejemplo. Es el poder trabajar con nuevos materiales, es poder fusionarlos, es lograr la innovación en el diseño para su función y estética.

Es el encontrar un equilibrio entre ambos (industrial y hecho a mano) y así lograr productos artesanos, de series pequeñas, que logren satisfacer y suplir unas demandas de la sociedad actual y futura en cuanto a tiempos y calidad en los mismos. Sociedad que, además también, cada día se inclina más a un pensamiento proteccionista de lo natural y su entorno. Aspecto que se debe respetar en todo sentido; desde la consecución del material, siendo éste especies naturales, no prefabricadas, que estén permitidas y reglamentadas para ser trabajadas. 

Se debe lograr consolidar procesos de manufactura de tan alta calidad, que puedan llegar a ser transmitidos y difundidos en los diferentes canales de comunicación actuales en los que estamos sumergidos, permitiendo de esta forma la trascendencia del conocimiento y su perpetuidad en el tiempo para generaciones, sin importar cuáles sean, que busquen encontrar su vocación en el nuevo oficio artesanal. 

Esta es la premisa de nuestro pensamiento y la expresión del trabajo de El Taller. Es la búsqueda constante del balance entre la función y la estética, entre lo industrial y lo hecho a mano, es el mantener el material en su estado más natural posible y la combinación de otros, es el dar un homenaje en cada paso al oficio tradicional y darle una oportunidad de evolución. Es el conservar el compromiso en el proceso y difundir el conocimiento del mismo. Esta es la forma en la que el concepto de artesanía y artesano tienen cabida y trascendencia en nuestra sociedad actual y fundamentos en la futura. 

El TALLER

CARLOS ROBERTO MURCIA T.

Diseñador Gráfico – Diseñador Industrial – Artesano de madera.

MIROSLAVA GONZÁLEZ HERNÁNDEZ.

Comunicadora social – Fotógrafa – Directora de Arte.